Pero me arme de valor, tome aquel libro y más que confirmar mi teoría, aprendí sobre el alma de un hombre, cada hoja fue como un paso en mi vida, aquel libro no me enseño sobre entender a los hombres, sino me enseño a convivir con ellos…
No era ningún libro mágico, ni nada por el estilo; simplemente era un libro que desnudaba el alma de un hombre, un verdadero hombre, no hablaba de aquel robot que a veces vemos andar como barco a la deriva, no!. Hablaba de aquel hombre que no le temía a nada, él que toma el riesgo a la aventura, al romance, aquel amante de la belleza, al alma pura.
Dichoso aquel día, cuando aprendí que un hombre perfecto no era él que nada más estaba plasmado en los cuentos de hadas, sino que realmente existe, porque el hombre perfecto es aquel que comete errores y lucha por mejorar cada día, es aquel que sabe el significado del amor verdadero…
Y nosotras nos seguimos preguntando ¿y, dónde está aquel hombre?. Pues yo les puedo asegurar que está en el interior de cada hombre, es aquel que no busca ser lastimado, sino él que busca ser querido.
Dichosa la mujer que sepa apreciar el alma de un hombre, porque el día que la encuentre, encontrará el tesoro más valioso de esta vida…Porque no hay hombre malo…sino que emplea mal su vida, él que se equivoca como todo ser humano….